El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, lanzó fuertes críticas al gobernador de Texas, Greg Abbott, acusándolo de ser «antimexicano» debido a sus políticas antiinmigrantes y la instalación de cercos de púas en la frontera compartida entre ambos territorios.
Durante su conferencia matutina, el mandatario expresó su descontento con las acciones de Abbott, señalando: «Ese señor gobernador de Texas, con todo respeto, es antimexicano, se olvida de que Texas era de México y pone alambradas y tiene una política antiinmigrante y en contra de los que por necesidad tienen que ir a buscarse la vida a Estados Unidos».
López Obrador calificó las medidas como inhumanas, insensibles y oportunistas, acusando al gobernador de practicar politiquería en lugar de abordar el problema de manera integral.
Las tensiones entre México y Texas se han intensificado en el último año debido a las políticas migratorias implementadas por Abbott. La Cancillería mexicana denunció recientemente la muerte de una mujer y dos niños mexicanos en el río Bravo o Grande, atribuyendo el incidente al cerco de púas que dificultó la intervención de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
El presidente mexicano también cuestionó las afirmaciones de Abbott respecto al uso de la fuerza contra migrantes, señalando que estas declaraciones solo aumentan las tensiones en la región.
En cuanto al cierre de la frontera, López Obrador expresó su escepticismo y preguntó: «¿Cómo con muros se va a resolver un problema migratorio? Además, son 3,200 kilómetros de frontera. ¿Por qué no mejor se atienden las causas de la migración y se apoya a los países pobres?».
Estas declaraciones se producen en un momento en que las autoridades estadounidenses han detenido a más de 300,000 migrantes en la frontera con México en diciembre, marcando una cifra récord en los últimos tres años, según informó la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) en enero.