En un inesperado y contundente movimiento, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, emitió un decreto reconociendo oficialmente la existencia de un «conflicto armado interno» en el país, instando a las Fuerzas Armadas a emprender acciones militares bajo el marco del derecho internacional humanitario y respetando los derechos humanos.
El decreto presidencial, emitido en medio de una creciente ola de violencia en diversas provincias ecuatorianas, ha generado un impacto significativo en la sociedad y ha elevado la preocupación sobre la seguridad nacional. La medida representa un giro sustancial en la postura del gobierno, que hasta ahora se había centrado en estrategias de contención y diálogo.
La declaración de conflicto armado interno implica la movilización de recursos militares para hacer frente a la situación actual, que incluye ataques con explosivos, incendios de vehículos y secuestros de policías en diversas regiones del país. Las Fuerzas Armadas estarán encargadas de ejecutar acciones bajo protocolos internacionales, buscando restaurar el orden y la seguridad.
El presidente Noboa hizo hincapié en que las operaciones militares deben llevarse a cabo con total apego al derecho internacional humanitario y con el máximo respeto a los derechos humanos. La medida busca salvaguardar la integridad de la población y restaurar la paz en las áreas afectadas por la violencia.
Esta decisión se produce después de que Ecuador experimentara un estado de excepción decretado por el presidente, en medio de una serie de ataques y disturbios en varias provincias del país. La sociedad ecuatoriana ahora observa con atención cómo evolucionará esta nueva fase en la respuesta del gobierno ante la compleja situación de seguridad interna.