Un nuevo terremoto de magnitud 6 sacudió la costa oeste del centro de Japón hoy, en la misma región afectada por el devastador seísmo de la semana pasada. A pesar de la intensidad del temblor, no se activó la alerta de tsunami y hasta el momento no se han reportado daños significativos.
El sismo tuvo lugar a las 17.59 horas locales (8.59 GMT) del martes, con epicentro a una profundidad de 10 kilómetros frente a la costa de la prefectura de Niigata, según informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Este nuevo temblor alcanzó una magnitud de 6 y su epicentro fue detectado en una ubicación cercana al sismo del pasado 1 de enero, de magnitud 7,6, que dejó al menos 202 muertos y 102 desaparecidos.
Cabe destacar que el terremoto del 1 de enero ha dejado cifras lamentables, con al menos 202 muertos y 102 desaparecidos, según las autoridades locales de la prefectura de Ishikawa, la más afectada. Las labores de búsqueda de víctimas y la asistencia a los damnificados se han visto dificultadas por las condiciones climáticas, especialmente la nieve y los daños en las carreteras.
El pasado lunes 1 de enero, un terremoto de 7,6 grados Richter golpeó la prefectura de Ishikawa, en el litoral occidental del centro de Japón, activando una alerta por tsunami en diversas áreas del archipiélago y causando graves daños en infraestructuras.
Persiste en el país el recuerdo traumático del terrible terremoto de magnitud 9,0 seguido por un gigantesco tsunami en marzo de 2011, que provocó una catástrofe con alrededor de 20,000 muertos o desaparecidos. Esta tragedia incluyó el desastre nuclear de Fukushima, considerado el peor desde el de Chernóbil en 1986.
Situado en el «cinturón de fuego» del Pacífico, Japón es propenso a sismos frecuentes. A pesar de ello, el país aplica normas de construcción extremadamente estrictas, permitiendo que los edificios puedan resistir fuertes sismos. Los residentes, acostumbrados a este tipo de situaciones, respondieron con rapidez a las indicaciones de seguridad emitidas por los medios de comunicación.
Afortunadamente, en esta ocasión, el nuevo terremoto no generó daños significativos ni en Japón ni en Corea del Sur. La población continúa vigilante ante la actividad sísmica en la región.