El cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad causan ecoansiedad a algunas personas en México, de acuerdo con el Barómetro de la Transformación Ecológica, encuesta realizada por la empresa Veolia y la consultora Elabe.
Se entrevistaron en el País a mil tres personas mayores de 18 años del 25 de agosto al 12 de septiembre de 2022.
Al consultarlas sobre cómo describirían su situación cuando piensan en el cambio climático y el estado del medio ambiente en términos de contaminación y calidad de la biodiversidad, el 36 por ciento de los participantes dijo sentir inquietud y angustia por el futuro.
Esas personas piensan a menudo en tales temas, lo que impide que vivan en paz e incluso las hace renunciar a proyectos a largo plazo, como tener hijos.
A nivel mundial, la encuesta se aplicó en 25 países de los cinco continentes. En cuanto a ecoansiedad, México ocupa el cuarto nivel más alto por detrás de India, Colombia y Chile.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) y ecoAmerica, se trata del miedo crónico al desastre ambiental.
Otro 58 por ciento de los encuestados en el País respondió estar preocupado por la situación ambiental, pero eso no le impide vivir en paz ni realizar planes a largo plazo.
Los asuntos que más inquietan en México son la degradación del ecosistema y la biodiversidad, así como tener condiciones de vida cada vez más duras, seguidos por tópicos como enfermar debido a la contaminación, daños materiales causados por desastres y los movimientos migratorios provocados por la contaminación.
El 7 por ciento de los participantes cree que ya es demasiado tarde para limitar el cambio climático y la contaminación, pero la mayoría es optimista, dado que el 74 por ciento afirmó que el futuro todavía está en nuestras manos.
Además, el 68 por ciento considera que debe cambiarse radicalmente el estilo de vida con medidas como disminuir considerablemente el consumo y vivir de manera más sobria, así como desarrollar y aplicar tecnologías orientadas a reducir la contaminación y las consecuencias del cambio climático.
Las soluciones más aceptadas en México resultaron ser: clasificar más exhaustivamente los residuos, adquirir productos de uso cotidiano fabricados a partir de materiales reciclados, comprar alimentos envasados con materiales reciclados, adquirir un coche u otro medio de transporte fabricado a partir de materiales reciclados, vivir en una zona geográfica con plantas de reciclaje y reducir el consumo de carne.
Las de menor grado de aceptación fueron: comer carne o pescado alimentados con harina de larvas de mosca, beber agua potable producida a partir del tratamiento de aguas residuales y vivir cerca de incineradores instalados para producir energía localmente.
EFE.