El brazo ejecutivo de la Unión Europea recomendó poner a Ucrania en camino a la adhesión el viernes, un impulso simbólico para un país que se defiende de un ataque ruso que está cobrando vidas civiles, arrasando ciudades y amenazando su propia supervivencia.
La posibilidad de pertenecer a una unión creada para salvaguardar la paz en el continente y que se erige como un modelo para el Estado de Derecho y la prosperidad cumple el deseo del Presidente Volodymyr Zelenskyy y de los muchos ciudadanos occidentales.
En otra muestra de solidaridad, el primer ministro británico Boris Johnson viajó a Kiev para reunirse con Zelenskyy, su segundo viaje al país desde que comenzó la guerra.
El último abrazo de Ucrania por sus aliados europeos también marca otro revés para el presidente ruso Vladimir Putin, quien lanzó su guerra hace casi cuatro meses, con la esperanza de alejar a su ex vecino soviético de Occidente y regresar a la esfera de influencia de Rusia.
En el destacado foro económico de Rusia en St. Petersburg el viernes, Putin repitió su habitual defensa de la guerra de Rusia en Ucrania, alegando falsamente que fue un acto de autodefensa. Ha insistido antes en que su invasión era necesaria para proteger a la gente en partes del este de Ucrania controladas por rebeldes respaldados por Moscú y para garantizar la propia seguridad de Rusia.
La recomendación de la Comisión Europea de que Ucrania se convierta en candidato a la adhesión será discutida por los líderes del bloque de 27 naciones durante una cumbre la próxima semana en Bruselas. La guerra ha aumentado la presión sobre los gobiernos de la UE para acelerar el estatus de candidato de Ucrania. Sin embargo, se espera que el proceso lleve años, y los miembros de la UE siguen divididos sobre la rapidez y la plena apertura de sus brazos a los nuevos miembros.
El apoyo a Ucrania por parte de los países occidentales – tanto políticos como militares – ha sido clave para su sorprendente éxito frente a fuerzas rusas más grandes y mejor equipadas. Zelenskyy también ha clamado por un apoyo más inmediato en forma de más y mejores armas para cambiar la marea en la región oriental de Donbas.
Rusia presionó su ofensiva allí el viernes, dejando a los residentes desesperados luchando por dar sentido a lo que el futuro les depara.
“Somos personas mayores, no tenemos un lugar adonde ir. ¿A dónde iré?” preguntó Vira Miedientseva, uno de los residentes ancianos que lidian con las secuelas de un ataque el jueves en Lysychansk, que se encuentra justo al otro lado del río desde Sievierodonetsk, donde se libra una batalla clave.
El enviado de Moscú para los separatistas respaldados por Rusia que controlan gran parte del territorio alrededor de Sievierodonetsk dijo que una evacuación de la planta de Azot podría tener lugar, bajo ciertas condiciones.
Al escribir en las redes sociales el viernes, Rodion Miroshnik de la autoproclamada República Popular de Lugansk dijo que las tropas y los separatistas rusos están “listos para considerar opciones para abrir un corredor humanitario para la salida de civiles, pero sujetos a la estricta adhesión al alto el fuego.”
A principios de esta semana, Miroshnik acusó a las tropas de Kiev de intentar interrumpir la evacuación de civiles de Azot, una afirmación que los funcionarios ucranianos negaron enérgicamente.